AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Felices fiestas



Otro año que llega a su fin, espero que se hayan cumplido los deseos que le pedisteis, pero si no ha sido así no os preocupéis, el próximo es mágico y os concederá vuestros sueños, así que cuidado con lo que le pedís.

Yo os deseo  que estas fiestas sean estupendas para todos vosotros y que el próximo año sea infinitamente mejor que este que se nos acaba.

Feliz Navidad y mil besos

lunes, 12 de diciembre de 2011

Sin remedio










Ya lo sabía, la vida me lo enseñó hace tiempo, lo que pasa es que siempre acabo confiando en que las cosas serán como me gustaría que fueran, pero no sé si por suerte o por desgracia, nunca es así.

Quizás debería dejar de confiar o creer que algún día tendré lo que quiero, pero se me hace tan difícil y me lo paso tan bien haciéndolo que siempre acabo sucumbiendo a la tentación, de dejar soñar a mi mente.

Triste idiota, es verdad no lo puedo negar, supongo de todas maneras que de algo me servirá tanto batacazo, quizás sea mi forma de ganar el cielo jajajajaja sinceramente, no lo creo.

Nadie dijo que el camino iba a ser fácil, pero juro que tampoco nadie me avisó de que iba a ser tan jodido, si lo sé no vengo, eso lo tengo claro, ¡mira! ya hemos avanzado algo.

Podría intentar echarle la culpa a alguien, pero para ser honesta he de confesar que soy yo la única culpable, mi camino es el que yo he andado y las mierdas que en el  pisé sólo yo pude haberlas evitado.

Me gustaría poder decir que todo va a cambiar que rectificaré y aprenderé de  mis errores, pero después de conocerme como me conozco me da en la nariz, que sin remedio, la voy a seguir cagando.

Atrévete


Dices de mi cuerpo que es el valle de tus deseos y tus manos lo culminan en ascensos y descensos vertiginosos, que enredan mi mente en remolinos de placer. Un tic tac profundo que lo ocupa todo marca nuestro ritmo, pero no sé si es tu corazón o el mío, quizás los dos, o quizás ninguno.
Tu respiración se cuela entre mis piernas mientras mi piel se eriza bajo tus labios, dices que no te atreves a quererme y yo ya no puedo dejar de hacerlo. Te pido que no cierres tu boca guardando silencios, grita tu deseo aunque te de miedo, porque este es el momento, tal vez no puedas volver a hacerlo.
El destino nos espera apoyado en el quicio de la puerta con una maleta de piel vieja que porta demasiados recuerdos. No te pares a esperar, no mires hacia atrás, déjate embriagar por el aroma de mi cuerpo y caminemos sin girarnos a mirar, burlemos al destino, yo solo quiero la luz de tus ojos oscuros, el son de tu voz tranquila, el cálido calor de tu cuerpo, el húmedo rastro de tus sabrosos labios, solo quiero, la fragancia de tu piel.
Me observas dejando resbalar tu mirada por mi cuerpo, me haces sentir como una diosa, te veo tan bello en tu erección, por un momento se ha parado el tiempo, me besas, te beso, no tengas miedo, es preferible quemarse en el infierno que renunciar a nuestro amor, para poder ganar el cielo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Mi amor



Has vuelto, me miras tímidamente con tus ojos de día nublado y en mi corazón, brota una flor. Dices tener miedo, yo doy gracias al cielo, no hay pecados de amor. Tus manos recorren mi cuerpo y tus labios queman mi cuello, mi alma palpita y salta de esquina a esquina en la pequeña habitación.
Amanecerá con dos soles, ámame, olvida tus temores yo te prometo volar sin temer la tempestad. Escucha al mar, trae susurros de enamorados, almas que navegan sin rumbo llorando tristezas de amor, poemas que nadie cantó. Ámame, de nada valdrá rezar si al final te vuelves a marchar.
Que no se oscurezca el mar, que tus labios no me dejen de besar, que el tiempo no se pare y la lluvia no deje de brotar, que estalle un volcán, que la tierra tiemble y nos sacuda un huracán, que pase o no pase lo que tenga que pasar, pero por favor, no me vuelvas a dejar.

domingo, 4 de diciembre de 2011

No llores




Lloras y por tus mejillas, redondas y trasparentes lágrimas ruedan en una caída inevitable. Me pregunto donde las tuviste guardadas durante tanto tiempo, de donde salen ahora que ya se nos ha hecho tarde. Las mías se secaron hace ya mucho tiempo y por eso te observo sin sentimiento, mis heridas tejieron una coraza que me aísla de tu dolor.
El frio se ha apoderado de mi piel y mis manos ya no tiemblan, ya no hay obstáculos en mi camino que me hagan caer, aprendí a saltarlos sin calcular el salto, vuelvo a ser aquella que fui, esa que camina sin mirar atrás, la que alza la mirada sin miedo ni vergüenza.
No llores, tu tiempo terminó, mi espalda será un muro por el que resbalará mi silencio, no llores, nuestra pena será la capa que cubra nuestros hombros, el frío ya nos caló, ahora sólo nos queda dejar que nos caliente el sol. No llores, se nos ha hecho tarde, nuestro tiempo terminó.

jueves, 18 de agosto de 2011

Cantos de tristeza


Tengo la sensación de andar en un círculo cerrado que siempre me lleva al mismo lugar, y la certeza de haberme equivocado.
Ya no queda  nada, las lágrimas se secaran y de nada servirá haber llorado. No hay palabras de consuelo, sólo un triste silencio. Solo queda empezar de nuevo, reinventar la vida, no salir huyendo.
Llueve sobre mojado, y no hay sol que pueda secar los charcos. Ando descalza por tierras de fuego que queman mis pies, no puedo correr. No hay miradas de consuelo que apacigüen mis miedos, sólo gente que mira hacia otro lado. No  hay nada, solo silencios, solo distancia, vivir así, es como morir en tierra extraña.
Debo respirar, oxigenar mi mente embotada de tanto amar a nada

y a nadie, no existe mi verdad, sólo paz, la que deja el sufrimiento,

la que  ayuda a vivir, la que ayuda a avanzar, la que enseña a  

soñar,  la que ilumina el camino, por el que quiero pasear en

soledad.

viernes, 22 de julio de 2011

Azul turquesa


El sol rebota en el espejo que cuelga en la pared y se esparce por el pequeño salón en el que descansan tus cuadros por los rincones. Pintas veleros de velas turquesas y escribes en las paredes versos con sabor a canela. Dices que lo habías dejado, que la inspiración te había abandonado, pero que ahora, soy yo tu musa, que mis rizos se enredan en tu cerebro creando marinas de aguas cristalinas.

Nos llega el rumor de las olas mezclado con las voces de la gente que pasea por el paseo marítimo, mientras nuestros cuerpos descansan entrelazados sobre el fino suelo de madera. Tus labios me besan sin medida, sin temor, mientras yo cierro los ojos para concentrarme en ti, en tu suavidad, en tu calidez, en tu aroma de mediterráneo. Canturreas en mi oído una canción de amor, una canción antigua que me hace sonreír, eso es lo que más me gusta de ti, lo mucho que me haces reír. Mis dedos resbalan por tu espalda húmeda y tus manos me aprietan contra tu cuerpo.  Me cobijo en ti y me siento tan vulnerable  que creo que todo depende de ti, que todo está en tus manos.

La tarde se marcha dejándonos desnudos, los rumores se apaciguan y yo me adormezco entre tus brazos, nos llegará la noche si no nos damos cuenta y el olor a jazmín prenderá de nuestro pelo embriagando nuestros sentidos ¿por dónde andabas todo el tiempo que estuve sin ti?

Escalas mi cuerpo en tu deseo inagotable, mis manos se posan sobre tus nalgas duras y suaves, firmes y prietas, tus labios recorren mi cuerpo y mi deseo despierta de su ligero  letargo, eres la sed que me quema y el agua  que la sacia. Dices que las ligeras curvas de mi cuerpo influyen en tu flora intestinal, y se podría decir que es una frase carente de romanticismo, pero el tono que utilizas y el brillo de tus ojos la convierten en la más tierna y romántica de las declaraciones. Nos miramos intensamente y rompemos a reír, el aire ya no puede soplar si tú no estás.

Los movimientos lentos de tus caderas ralentizan el tiempo, la atmosfera húmeda se espesa al compás de tu respiración, por mi espalda resbalan gotas de sudor y en tu frente brilla una estrella. Quedan tantos océanos por navegar, que quizás deberíamos desplegar velas, pero mientras, tus caderas se siguen moviendo conduciéndome al abismo de mis debilidades.
Permanecemos desnudos sobre el suelo, nuestros cuerpos agotados no se quieren levantar, la noche nos abraza y un rayo de luna curioso, rebota en el espejo que cuelga en la pared y se esparce por el pequeño salón en el que descansan tus cuadros por los rincones.

domingo, 3 de julio de 2011

...



                        Demasiadas decepciones para una sola vida

domingo, 5 de junio de 2011

La próxima primavera

Caminas a oscuras porque has apagado la luz. Pero si me pongo a pensar creo que nunca estuvo encendida. ¿Quieres decir que algún día me quisiste? Quizás llamas amor a la pasión de la juventud, a la comodidad de lo cotidiano, a la compañía que llena la soledad.


Quizás no te embriaga el aroma de mi piel, ni el calor de mi cuerpo, quizás mis ojos no han iluminado tus amaneceres, o mis labios no han calmado tu sed. Quizás no has encontrado en mi lo que necesitas, lo que buscas, pero entonces ¿porqué te conformas?

Ayudémonos a volar, te regalo la libertad, acompáñame desde la distancia, y deja que te olvide. Seguiré escribiendo a las estrellas, caminando descalza por la orilla, seguiré escuchando el mar en las noches de calma, seguiré soñando con mi amor.

Quiero bailar bajo la lluvia, quiero llorar y volver a amar, quiero palpitar, volverme a ilusionar. Quiero en la próxima primavera florecer, sin temor a marchitar.

miércoles, 1 de junio de 2011

Con los años

Aprendí que los amores eternos se acaban, que la vida pasa y los sueños cambian. Aprendí, que cuando caminas, no siempre avanzas, que no es el destino el que juega malas pasadas, que con amar no basta, y que una mentira, pesa más que mil toneladas.


Aprendí, que las batallas no se ganan por azar, que me hace bien rezar, y que aunque ilusionada, hay cosas por las que perdí la esperanza.

Aprendí, que en tus ojos no habita el mar, que la luna, no dejará de brillar, que los amaneceres son igual de bellos cuando tú no estás, y que ya, no me quedan ganas de llorar.

Aprendí, que no hay distancias sino olvidos, que no hay un solo camino, y que hay que atreverse a volar, cuando quien te abraza, es la soledad.

El último cuento

Todo tiene un principio y un final, todo cuento su heroína, y todo camino su piedra.


Allí estaba yo, soñando con mi libertad, con mí volver a empezar. Con un pequeño paraíso de nubes de incienso y campanillas sonoras, lámparas de sal y geranios floridos.

Añorando las paredes encaladas de una tierra que nunca fue la mía, el sonido de la música de una cultura a la que no pertenezco, y el aroma de una esencia que desconozco.

Me pesa la vida, se me ralentiza el tiempo, se me espesa el aire, y necesito volar sobre el mar que me ata el alma.

Sólo me quedan papeles en blanco y lápices sin punta, pañuelos que no secan lágrimas, y un vacío que me mantiene en la distancia.

Allí estaba yo, dibujando en la arena mis deseos, dejándome acariciar por las olas, contándole a las gaviotas, mi último cuento.

martes, 18 de enero de 2011

Nuestra última vez

Es momento de apretar los labios y abrir las manos recorrer tu joven cuerpo, terso, musculoso, suave. Me dices que me amas y yo no lo quiero oír, se que así lo sientes aunque no sea verdad. Acallo tus palabras cerrando tus labios con los míos, nuestros cuerpos cálidos, templados, se complementan en sus movimientos, en su sed, en sus ansias de deseo.


Te sumerges entre mis piernas paseando tus carnosos labios por el filo de mi pubis, el planeta se me queda pequeño mi cuerpo convulsiona, mi espalda se arquea y mis piernas abiertas te piden más. En este momento no hay edad que nos separe, somos sólo dos amantes inmersos en el placer que nos proporcionan nuestros cuerpos. No hay humanidad ni perjuicios, sólo hay pasión y deseo, tu y yo “intempore” durante unos minutos.

Sobre ti, observando tu cuerpo de David, perfecto como una escultura, absorbo toda tu sensualidad, toda tu energía. No sé si eres un ángel o una flor, no sé si llegaste a mi vida para alumbrarme o para que la lluvia callera sobre mí.

Ámame, imploras entre vapores de placer, sólo en este momento, sólo en este instante podré hacerlo. Los años resbalan por mi piel, mi madurez contrasta con tu juventud, mi serenidad con tu locura, eres un volcán que me abrasa con su lava y yo, soy la mar en calma que templa tus ganas. Somos como hojas arrastradas por el viento, no tenemos camino, simplemente una ilusión un suspiro que compartir con el alba, una sonrisa que esbozar, un beso que recordar, una caricia prohibida que añorar.

Será esta nuestra última vez aunque no lo sepas, mi silencio oculta la despedida, disfraza de ternura mi amargura. Ya no debo darte más, mi pasión sería la cuerda con la que te ahorcarías. No quiero un mal recuerdo ni un reproche, ni una sola lágrima, no quiero pronunciar un adiós ni ver oculta en tus ojos la tristeza.

Ámame, suplicas en un susurro ahogado por el placer, ámame... o moriré.