AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

domingo, 5 de junio de 2011

La próxima primavera

Caminas a oscuras porque has apagado la luz. Pero si me pongo a pensar creo que nunca estuvo encendida. ¿Quieres decir que algún día me quisiste? Quizás llamas amor a la pasión de la juventud, a la comodidad de lo cotidiano, a la compañía que llena la soledad.


Quizás no te embriaga el aroma de mi piel, ni el calor de mi cuerpo, quizás mis ojos no han iluminado tus amaneceres, o mis labios no han calmado tu sed. Quizás no has encontrado en mi lo que necesitas, lo que buscas, pero entonces ¿porqué te conformas?

Ayudémonos a volar, te regalo la libertad, acompáñame desde la distancia, y deja que te olvide. Seguiré escribiendo a las estrellas, caminando descalza por la orilla, seguiré escuchando el mar en las noches de calma, seguiré soñando con mi amor.

Quiero bailar bajo la lluvia, quiero llorar y volver a amar, quiero palpitar, volverme a ilusionar. Quiero en la próxima primavera florecer, sin temor a marchitar.

miércoles, 1 de junio de 2011

Con los años

Aprendí que los amores eternos se acaban, que la vida pasa y los sueños cambian. Aprendí, que cuando caminas, no siempre avanzas, que no es el destino el que juega malas pasadas, que con amar no basta, y que una mentira, pesa más que mil toneladas.


Aprendí, que las batallas no se ganan por azar, que me hace bien rezar, y que aunque ilusionada, hay cosas por las que perdí la esperanza.

Aprendí, que en tus ojos no habita el mar, que la luna, no dejará de brillar, que los amaneceres son igual de bellos cuando tú no estás, y que ya, no me quedan ganas de llorar.

Aprendí, que no hay distancias sino olvidos, que no hay un solo camino, y que hay que atreverse a volar, cuando quien te abraza, es la soledad.

El último cuento

Todo tiene un principio y un final, todo cuento su heroína, y todo camino su piedra.


Allí estaba yo, soñando con mi libertad, con mí volver a empezar. Con un pequeño paraíso de nubes de incienso y campanillas sonoras, lámparas de sal y geranios floridos.

Añorando las paredes encaladas de una tierra que nunca fue la mía, el sonido de la música de una cultura a la que no pertenezco, y el aroma de una esencia que desconozco.

Me pesa la vida, se me ralentiza el tiempo, se me espesa el aire, y necesito volar sobre el mar que me ata el alma.

Sólo me quedan papeles en blanco y lápices sin punta, pañuelos que no secan lágrimas, y un vacío que me mantiene en la distancia.

Allí estaba yo, dibujando en la arena mis deseos, dejándome acariciar por las olas, contándole a las gaviotas, mi último cuento.