AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

sábado, 25 de abril de 2009

Perdidos en el bosque


¡Pretty joder!, mira que te lo dije, que el perro del vecino tiene muy mala leche, pero tú nada, tuviste que meter tus bigotes gatunos en su territorio, y ahora mira, no sé donde narices estamos, y da gracias de que te he encontrado. ¡Mira que corría el jodio!, un poco más y echo las tripas por la boca, claro que tú, yo creía que te pesaba el culo ese ceporril que tienes, pero tía, ni Carl Lewis. Total para acabar subiéndote a un árbol, pues ya te podías haber subido a nuestro olivo, o al cerezo del vecino, pero no claro, la señorita se ha tenido que ir a donde Cristo perdió la zapatilla para encontrar un arbolito de su gusto.


Pobre chucho, ahora me sabe mal, yo sólo quería espantarlo para que tú pudieras bajar, no quería darle cuando le tiré la piedra, pero se movió y le di en todo el cabezón, creo que no le hice herida, espero que haya encontrado el camino a casa, seguro que si, ese es más listo que tú y yo juntas. Jolines Pretty como pesas, mañana mismo te compro pienso light, bueno, eso si somos capaces de volver a casa.


Anochecía en el bosque, en el que desorientadas, Ali y Pretty intentaban encontrar el camino de vuelta. Había luna nueva, así que la visibilidad empezaba a ser dificultosa, el negro del cielo se confundía con el de las copas de los árboles, creando una cúpula oscura en la que no brillaba ni una sola estrella. Sólo el crujir de las hojas bajo las pisadas de Ali, rompían el penetrante silencio.


¡Hay mi madre Pretty! esto cada vez está más negro, ya podrías pesar veinte kilos más y tener unos colmillos de cinco centímetros, entonces irías andando y yo me sentiría más segura, porque claro, ahora si alguien nos asalta, como no te lance contra su cara no sé qué puedo hacer, además empieza a dolerme el tobillo izquierdo, será que me he lastimado en la carrera. Seguro que el perrito de las narices está tranquilamente durmiendo en su casita, y nosotras aquí, perdidas como dos idiotas en el bosque… ¿Has oído eso?¡¡¡chisss!!! ¡Calla!… no respires.


Ali se quedó estática observándolo todo en silencio, un crujido seco estalló a su izquierda, ella sobresaltada giró la cabeza en la dirección del ruido, y se topó con dos grandes ojos brillantes que la observaban.


-¡¡¡¡Ahhhhhhh!!!!


- ¡¡¡Miauuuu!!!


-¡¡Prettyyyyyy!! ¡Bájate de mi cabeza! ¡La leche! ¿Estás loca o que te pasa? Me debes haber dejado con mas rallas que cuando me hicieron las trenzas africanas. ¡La gata que te parió!... ¿Qué era eso? No lo sé, pero lo cierto es que se ha asustado más que nosotras, ha salido por piernas, o patas, o lo que tenga, no me extraña, se habrá pensado que éramos un monstruo cabezón de cuatro ojos. Mira que digo tonterías, si el monstruo era él, o ella o ello. ¡Hay Dios!, vamos a morir devoradas, aunque si empieza por ti quizás me salve, porque con lo rolliza que estás, se va a pegar un atracón que dudo mucho que le queden ganas de comer nada más. No se ve una mierda, y no sé para donde tengo que tirar, además el tobillo me duele un montón, casi no puedo andar, y se me están durmiendo los brazos, que no eres un peso pluma precisamente, ¿sabes que te digo? Que nos sentaremos bajo este árbol y esperaremos a que amanezca, ¡mira! esta rama gordota me servirá de arma, como se me acerque algo le atizo con todas mis fuerzas, y que pase lo que tenga que pasar… ¡Oh Pretty!, he sido muy feliz contigo, ¡jolines!, a ver si me callo ya de una puñetera vez y dejo de decir estupideces, que me estoy poniendo nerviosa a mí misma. Pero es que si me callo oigo un montón de ruidos extraños y me entra el canguelo, bueno ya me callo ya, ¡no me mires así!.


En la noche tenebrosa sólo se oía el lúgubre ulular del viento, Ali apretó a Pretty contra su cuerpo, mientras la gata ronroneaba satisfecha. El cansancio se apoderó de la muchacha, que poco a poco fue cayendo en un profundo sueño, sin darse cuenta que sigilosamente se le acercaban dos grandes ojos brillantes.


Empezaba a amanecer y Alberto ya se había vestido para ir a buscar a Duque, siempre se escapaba, no sabía por dónde pero se escapaba, aunque nunca había pasado la noche fuera, por eso estaba tan preocupado. Cuando llevaba un rato andando, divisó un bulto a los pies de un árbol, se fue acercando poco a poco sin poder dar crédito a lo que veían sus ojos.


- ¡Pero si es Ali la vecina, con Duque, y esa gata gorda que siempre se cuela en nuestro jardín provocando!.


Sacó el móvil y les hizo una foto a los tres, que dormían apelotonados formando una curiosa estampa.

martes, 14 de abril de 2009

Su aroma


Sus manos me recorrían y sus dedos se adentraban en mí para volver a salir lentamente al compás de nuestra respiración, que agotaba el escaso oxigeno que quedaba en la habitación. Sus labios pronunciaban mi nombre una y otra vez, mientras movía su cuerpo en una provocación excitante y obscena que me llevaba al más profundo de los delirios. Y su boca me recorría mordisqueando y lamiendo cada centímetro de mí ser, mientras mi cuerpo se retorcía en los espasmos que me provocaba el placer. Separé sus piernas con mis manos y su sexo quedó ante mí, en su plenitud, dejándose ver por completo. Sus ojos me miraban nublados, exigiéndome placer, y yo… buceé, buceé en ese mar de sensaciones, embriagándome de su esencia, zambulléndome en su fragancia, perdiendo mi identidad entre sus piernas. Y sus gemidos ocuparon espacio, y el aroma sexual de su cuerpo empapó los rincones, quedándose pegado en las esquinas, que en las noches húmedas de lluvia, se desprende cayendo sobre mi lecho, para hacerme compañía en mi soledad.

miércoles, 8 de abril de 2009

Mi suerte


He tenido la suerte de tenerte entre mis brazos, entre mis sabanas, entre mis piernas. Te he tenido enredado en mis pensamientos, enlazado con mi alma.


Te he tenido por dentro y por fuera, en la profundidad y en la superficie, en toda tu dimensión, mucho más de lo que nunca me atreví a soñar, más de lo que quisiste imaginar.


Y de cada segundo que fuiste mío, exprimí tu esencia hasta su última gota, y la absorbí diluyéndola entre mis líquidos, para que llegara así a mi sangre, y ahí está, fluyendo por mi cuerpo a toda velocidad, recorriéndome entera a cada bombeo de mi corazón.


De esa forma te sigo teniendo, en mi mirada, en mis suspiros, en el palpitar de mi cuerpo, en la suavidad de mi piel… en todo ello… te sigo teniendo.