AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

miércoles, 4 de enero de 2012

No hay



No hay mayor ilusión que en la noche sentir tu tranquila respiración como brisa de verano. No hay mayor pasión que dibujar tu piel entre sueños de desvelo, ni mayor amor que el que mi corazón te procesa en la eternidad de mis sentimientos.

lunes, 2 de enero de 2012

Mi destino


Camino sin andar, latiendo un corazón que aprendí a liberar. Perdida en tu mirada que ahora sé ajena y en una voz sin eco que guarda silencio. Quizás ya no llegue a tiempo de nada o quizás deba intentarlo de nuevo, si voy quizás llegue y si llego, a lo mejor te espero.
Si me equivoco, no será la primera y seguro que tampoco la última vez, no quiero una luz en la oscuridad, prefiero avanzar tanteando el camino, una vez alguien dijo… “al andar se hace camino” pero no quiero volver la vista atrás, no me interesa lo que allí dejo, prefiero nuevos latidos y un nuevo cantar que acaricie mis sentidos. Quiero volver a llorar, a soñar y a añorar, quiero poder hablar, susurrar un poema sin que caiga en el olvido, no quiero volver a llegar tarde, es triste levantar la mirada y ver, que ya no queda nadie.  
Estoy cansada de escribir cartas que se pierden en el camino, prefiero un folio en blanco que hable de un eterno vacio, no hay olvido, son cosas del destino.
No quiero dolores de nostalgia de recuerdos queridos, quiero un te quiero mil veces repetido,  una mirada enamorada, una caricia inesperada, un beso profundo y tierno, un te necesito y un sin ti me muero, quiero un amor verdadero que me acompañe en el tiempo, alguien que sepa soñar, que me ilusione con un tú y yo nada más, alguien que sepa caminar sin tropezar, a andar sin prisas,  alguien que me sepa esperar.

Tus besos






Fue suave, como la brisa marina de primera hora de la mañana, esa que al acariciarte las mejillas sonroja tu piel dándole el color del melocotón maduro. También fue cálido, como los brazos de la madre que mece a su bebé haciéndole dormir.

Se posó en mis labios para nutrirse de mi amor, como delicado colibrí suspendido alimentándose del néctar de la sabrosa flor. Y llenó mi alma de luz, como el arco iris ilumina el cielo aún nublado.

Llegué a pensar que jamás volverías a darme ninguno así…  pero
todos tus besos fueron igual.