El calor aprieta y la humedad cubre mi piel. Mi mente adormecida inventa historias cálidas, en las que tu cuerpo es mi musa, el centro de mi pensamiento obsceno, la provocación de mis delirios. El ventilador remueve el pesado aire caliente que flota espeso en el salón. Mi cuerpo desnudo sobre el sofá te espera paciente, mientras tú, impávido, paseas por el filo de tu personal abismo.
Debe ser el calor, o la humedad que penetra en nuestros cerebros abotagándolos, debe ser el bochorno insoportable, que hace que yo recorra los rincones buscándote, mientras tú, te buscas a ti mismo.
Y ante el deseo insaciable de mi cuerpo, y ante la obsesión calenturienta de mi mente, he decidido tomarme un respiro, refrescar mi alma, y coger unos días de vacaciones.
Me voy, pero no prometo nada, no os aseguro, que una de estas noches de asfixia húmeda, no me cuele en vuestros sueños, y abuse de vuestros cuerpos.
Lo siento, cuando entráis en mi arca, me abrís la puerta de vuestros sueños en los que cada vez que puedo, sin piedad me cuelo.
Así que felices vacaciones a los que las tengáis, felices días a los que no, y nos vemos en vuestros sueños.