En la noche tiemblo, en la noche, porque no te tengo, te siento cercano y lejano, te siento, a mi llegan tus pensamientos, pero no sé, si tú recoges mis besos.
No sé cómo es tu cuerpo, pero sé, que poco a poco te tengo. Marchas, y la soledad me atrapa, entonces quiero llorar, desde dentro, quiero llorar, llorarle al viento.
Siento que tus manos recorren mi cuerpo, manos de aire que me acarician en mis sueños, caricias que tan tiernas presiento en mi silencio.
Y tus ojos, en los que no me reflejo, quisiera mirarme, mirarme en ellos, pero aunque los busco entre las estrellas, los busco, pero no los veo.
Escucho a través del tiempo, los latidos de tu corazón, latidos en los que me mezo, latidos que calman mi alma, latidos que golpean mi pecho.
Y en la distancia, y en el tiempo, y en todo aquello que nos separa, en todo aquello, encontrare el espacio, encontrare el momento, para que mis labios, en tu piel, depositen un beso.