Estoy aquí en mi ángulo, el que casi nadie entiende, en el que soy yo, desde el que vivo mi soledad.
El ángulo que me hace extraña, rara, diferente. El que me hace sentir bien, y a veces mal.
Un ángulo que no comparto, por íntimo, por propio, por personal. Aquel que me ha costado entender, aceptar, asimilar.
El que da perspectiva a mi personalidad, que me hacer ser como soy, para bien o para mal. Ni mejor, ni peor que nadie, simple o intrincadamente yo, así tal cual.
Y desde fuera, los demás, que digan lo que quieran, que opinen si quieren opinar, que yo seguiré aquí, en mi ángulo, porque me gusta, porque es el mío, y ya está.
Lo demás, sinceramente, como que me da igual.