Lloras y por tus mejillas, redondas y trasparentes lágrimas ruedan en una caída inevitable. Me pregunto donde las tuviste guardadas durante tanto tiempo, de donde salen ahora que ya se nos ha hecho tarde. Las mías se secaron hace ya mucho tiempo y por eso te observo sin sentimiento, mis heridas tejieron una coraza que me aísla de tu dolor.
El frio se ha apoderado de mi piel y mis manos ya no tiemblan, ya no hay obstáculos en mi camino que me hagan caer, aprendí a saltarlos sin calcular el salto, vuelvo a ser aquella que fui, esa que camina sin mirar atrás, la que alza la mirada sin miedo ni vergüenza.
No llores, tu tiempo terminó, mi espalda será un muro por el que resbalará mi silencio, no llores, nuestra pena será la capa que cubra nuestros hombros, el frío ya nos caló, ahora sólo nos queda dejar que nos caliente el sol. No llores, se nos ha hecho tarde, nuestro tiempo terminó.
2 comentarios:
me ha encantado esta entrada. muy profundo.
Muchas gracias Roysa, me alegro que te guste, profundo... quizás demasiado. Besos
Publicar un comentario