Da igual lo mucho que levantes la voz si quien tienes
delante no te escucha, da lo mismo las señales de auxilio que hagas si quien
está a tu lado no te mira. No importa las lágrimas que llores si quien te
acompaña es inmune al dolor. Nada tiene sentido si quien tiene que entender no
entiende porque no quiere hacerlo.
Pero eso no debe hacer que ceses en tu empeño, la soledad
del camino no puede detener tus pasos, no te ha de importar que tu voz resuene
con el eco del vacío, da lo mismo, no te
pares a pensar en el fracaso pues no existe si haces lo que piensas y sientes,
el fracaso es de quien te critica, de quien no te entiende, de quien por no
saber soñar quiere apagar tus sueños.
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