AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Aquella noche buena


La noche coronada de pequeñas luces de colores, cubría con su oscuro y frio manto, los frágiles hombros de la débil anciana. Una vieja televisión como única compañía, llenaba de villancicos la estancia. Aquella que fue hija, hermana y madre, y que no supo si fue abuela, cerró sus ojos mientras su delicado cuerpo, dejaba de tiritar en el sofá. Una sutil luminiscencia entró por la ventana, colmando la habitación de brillantes destellos, que se fueron posando sobre los escasos y roídos muebles. Un ligero siseo de roce de alas, y una sola lágrima, al final de la luz, un ser alado con sus brazos abiertos, con un, ¡feliz navidad!, en sus labios, y lleno de paz, recibió a la anciana.

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