Estoy hecha de viento, de cálidas brisas que rozan las olas del mar.
Estoy hecha de viento, del que perfila montañas y mece praderas al son de su triste ulular.
Estoy hecha de viento, del que silba en la noche y grita en el día palabras de amor que no se pueden callar.
Estoy hecha de viento, del que arranca las lágrimas de quien no quiere llorar y dibuja risas amargas que disfrazan su mal.
Estoy hecha de viento, del que huye cruzando continentes para poder olvidar, del que vuelve y remueve las hojas caídas que se han dejado secar, del que enmaraña los sueños de los que se atreven a soñar.
Estoy hecha de viento, de brisa y del salitre del mar.
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