AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

jueves, 8 de julio de 2010

A veces



A veces, lo único que puedo hacer es sentarme a esperar. ¿Esperar que?, quizás una señal, una sonrisa pícara, un guiño de ojos, o que se apague una estrella. Pero la espera se vuelve eterna, absurda, inocua. Aunque no por ello dejo de hacerlo, esperar, esperar, y seguir esperando.


Y el tiempo pasa, la vida sigue adelante, los días se suceden unos a otros, junto con las semanas, los meses, y los años. Y yo sigo ahí, sentada, esperando, viendo la vida pasar, respirando.

Diríase que es una triste leyenda, pero nada más lejos, porque para mí, eso, es esperanza. Esperanza de que algo cambie, o cambie todo.

A veces, mientras doy sosiego a mi cuerpo en la espera, mi mente se acelera, y llega a todas aquellas cosas que quiero mantener lejos, porque todavía duelen, queman y rasgan heridas, que jamás llegaran a sanar.

A veces, mi esperanza se desespera mientras espera, pero dime ¿en qué momento se apaga una estrella?

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