Lo miró a los ojos y dijo:
-Se que me amas, pues no puede ser de otra forma.
Él inspiró el humo de su cigarrillo, y dejándolo escapar por la nariz, cerró los ojos. Ella se tumbó abrazando su cuerpo desnudo al de él.
Cuando lo volvió a mirar, descubrió el débil rastro de dos diminutas lágrimas que descansaban sobre el masculino cuello. Aproximó sus labios para absorberlas. Las paladeó extasiada y supo, que también tienen sabor los sentimientos.
-Se que me amas, pues no puede ser de otra forma.
Él inspiró el humo de su cigarrillo, y dejándolo escapar por la nariz, cerró los ojos. Ella se tumbó abrazando su cuerpo desnudo al de él.
Cuando lo volvió a mirar, descubrió el débil rastro de dos diminutas lágrimas que descansaban sobre el masculino cuello. Aproximó sus labios para absorberlas. Las paladeó extasiada y supo, que también tienen sabor los sentimientos.
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