Dos corazones cuelgan de mi llavero, deberían colgar de vuestro cuello, pero os marchasteis sin mirar atrás
Aquí me quedé, llorando por vuestra ausencia, triste por mi soledad, el tiempo avanza implacable, mientras yo os veo marchar.
Las paredes supuran vuestros recuerdos, el aire remueve vuestro aroma que se quedó impregnando este espacio, que sin vosotros, ya no es lo mismo.
De vuestros ojos brotaron mis lagrimas, aquellas que nadie vio, aquellas que escondí, esas que sigo llorando, las que poco a poco van calando, muy dentro de mí.
Os he querido tanto, me disteis tanto amor, que vuestra energía vive en mi, y mezclada con la mía, nos mantiene unidos, haciéndome ser un poquito mejor, de lo que anteriormente fui.
No hay comentarios:
Publicar un comentario