AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

lunes, 7 de septiembre de 2009

En gris


Aunque no lo creas, cada mañana, cuando el amanecer empieza a colarse descarado por las rendijas de mi persiana, conduciéndome al despertar de la vida. En ese instante en que mi mente posa sus pies en la realidad del nuevo día, tu presencia hace hueco en mi. No puedo decir en qué lugar exactamente, pero tiene que ser en un órgano importante, vital, porque apenas puedo respirar, y un dolor agudo me atraviesa como una espada de metal incandescente. Cada mañana, en ese instante mortal, creo que voy a morir, que ha llegado el día de no poder superarlo, pero luego, al segundo siguiente, la vida se abre paso de forma cansina pero firme.


Siempre espero, o más bien, deseo con todas mis fuerzas, que esa tortura implacable y absurda, desaparezca poco a poco dando paso a la paz tranquila y acogedora que llega siempre después de una feroz tormenta, pero de momento, y muy a mi pesar, ahí persiste, anclada en el tiempo, dándole ese lúgubre tono gris a todo lo que me rodea.


Entre mis piernas se han quedado grabadas las finas líneas de las yemas de tus dedos, parecen pequeñas venas varicosas de un brillante rojo rubí. Intenté hacerlas desaparecer frotando con un áspero guante de crin, pero todavía se acentuaron más, así que allí permanecen guardándote el sitio, que en tus ausencias, se hiela insufriblemente.


Y esa luz inexistente por tu carencia, que me ha dejado a media oscuridad, y me conduce por los límites de la irrealidad, es lo único que me acompaña cada día, sin faltar uno, puntual como un reloj suizo, fiel, como un perro lazarillo.


Ahora no puedo más, déjame, ya volveré en otro momento.

No hay comentarios: