AQUELLOS SILENCIOS QUE MI ALMA HA GUARDADO DURANTE TANTOS AÑOS,AHORA HABLAN EN ESTE RINCÓN PERDIDO, EN EL QUE SE ENTREMEZCLAN LOS ECOS DE LO REAL Y LO IMAGINARIO, QUE LLEGAN, DESDE LO MÁS PROFUNDO DE MIS ADENTROS.

Tú acomódate, desnuda tu cuerpo y tu alma, embriágate del aroma a sándalo… y sueña.

jueves, 23 de octubre de 2008

Besos


No fue uno, fueron varios, a decir verdad fueron muchos, cientos, miles, o quizá infinitos. No sé, perdí la cuenta, pero sí sé, que resbalaban por mi cuerpo. Algunos se deslizaban por el hueco de mi axila, otros trepaban por la curva de mi pecho, también los había que se escondían en mi ombligo, los más atrevidos se perdían entre mis piernas, y los tímidos, descansaban en mi cuello. Todos, incluso los que se balanceaban en mi pelo, eran tuyos, pues de nadie más podían ser.


Algunos suaves, otros profundos, serenos también los hubo, pero sobretodo los tuvimos locos, desenfrenados, apasionados. Se colaron por debajo de mi piel, se ocultaron entre las vertebras de mi espalda, acariciaron mi corazón, y me pellizcaron el alma.


Sabían a añoranza, a nostalgia. Algunos, venían directamente de mis sueños, y otros, simplemente los inventabas. Nacían y se evaporaban, los míos los quemaba tu piel, a los tuyos, les busqué un lugar donde guardarlos, para que no se desgastaran.


En ellos nos perdimos, dos almas desesperadas, sin espacio, sin tiempo, desafiando al vacio, que eterno nos separa.


Allí nos encontramos, y allí pude ver tu cara, reflejo de tus deseos, que lo impregnaban todo con su fragancia. En aquel lugar, donde el sexo no necesita cuerpos, donde no hay distancias, donde las sombras lo cubren todo, cuando despliegas tus alas, en aquel lugar nos encontramos, en aquel lugar, nos devoramos las almas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A partir de esa noche, la tuya, la del bosque, deberé buscar con calma; quizá tenga suerte y...

¿Qué decir de la pasión, de los besos, de la entrega, si te es inherente?

Buscaré, indagaré, hurgaré en la profundidad y oscuridades, quizá la suerte sea conmigo, quizá contigo ¿Podría ser, no?

Dejo de nuevo otro beso, éste es juguetón y atrevido, lo he visto saltar de tu buró en algunas noches de solitario sueño. Por pudor no he mirado su destino. A veces lo he visto meditando en forma de sonrisa distante...

El lobo

Vanidades dijo...

Busca en una noche de luna menguante,, y cuando sientas una brisa suave que te envuelve embriagándote con aromas de intimidad, de esa que nunca has compartido, que te evocará aquellos momentos que aún soñados, todavía no has vivido, espérame, espérame porque si yo no puedo, si mi sombre, acudirá a ti.

Espérame en el tiempo, porque aquí, no hay otro lugar.

Yo hoy te voy a dejar dos, uno serio, comedido, para que lo deposites allá donde tú creas, y el otro descarado, transgresor, para que cuando te hallas dormido, te ataque allí… donde él crea.